Algunos hemos ido hasta donde estaba Pablo caminando. Los más afortunados han ido hasta la mismísima puerta en coche.
Al llegar, lo primero que hemos hecho ha sido colocar algunas láminas de cera en panales vacíos, como hicimos la vez anterior.
Luego nos hemos vestido de fantasmas para ser invisibles a los ojos de nuestras amigas.
Después hemos cogido algunos materiales para que las abejas no se alteren con nuestra presencia,
y hemos partido rumbo a la colmena.
Al llegar no hemos visto nada diferente con respecto a cómo dejamos la colmena la vez pasada, pero al abrirla...
¡¡¡está llena de crías y hasta un poco de miel!!!
Dentro de un tiempo nos chuparemos los dedos con nuestra miel.
A continuación de ver nuestra colmena hemos visitado otra más grande y un enjambre.
Cuando hemos terminado de ver las colmenas, hemos vuelto a la nave donde nos esperaban unos paneles para sacar la miel.
Primero hemos cortado la cera que protege el contenido del panal con un cuchillo a vapor.
Después de cortar la cera hemos metido los panales en una especie de centrifugadora que hacía que la miel saliese disparada.
Finalmente Pablo nos ha invitado a catar la miel de la que dispone y nos hemos marchado alegres de saber que nuestra colmena ya empieza a funcionar y de momento no le va mal.
Esta es la última entrada antes de nuestro viaje a Francia el próximo lunes día 17. Nos vamos a reunir con las compañeras y los compañeros del Proyecto de Abejas y de Hombres, que irán de Francia y de Polonia. El lugar no puede ser más apetecible: el Parque Nacional de Cevennes, a un paso de los Alpes.
Ya os contaremos...
